Una tarde azul bajo este cielo tropical, vino a mi morada una madre preocupada por su hijo. El niño tenía varios síntomas terribles y se necesitaban varios estudios costosos para investigar su mal. Aquella madre vino a despojarse de algo muy valioso para ella con tal de sufragar los gastos médicos de su pequeño varoncito. Trajo consigo todas sus herramientas llenas de creatividad y me pidió una suma por ellas. Yo, no lo pensé dos veces, y al ver su necesidad le hice una mejor oferta. Le pague más de lo que ella esperaba y adquirí su valioso tesoro. En el habían pinzas, revistas, hilos, alambres, videos y un sinfín de cuentitas que hicieron volar mi imaginación.
Antes de esa ocasión nunca había pensado en dedicarme a este arte; la misma me abrió nuevos senderos llenos de posibilidades. Al inicio no encontraba qué hacer con todo aquello, me maravillaba al verlo, pero no tenía experiencia, paso a paso fui aprendiendo y mi mente se fue llenando de nuevas ideas y proyectos. Aprendí de manera autodidacta, mis maestros y mis libros fueron el internet y las revistas que vinieron con el tesoro de aquella madre. Tuve muchos momentos de prueba y error y cada vez que intento una nueva técnica vuelvo a tenerlos. Lo importante aquí es tener motivación, creatividad y perseverancia.
En este blog les mostraré varios frutos que emergieron de la mezcla entre mi creatividad y una causa benéfica.
me encanta!!! muchas bendiciones, exito siempre... :-)
ResponderEliminarBonita historia. Mucho exito!!!
ResponderEliminarAbrazos...